Algo anda mal en RENFE

Los derechos por el desagüe

Hoy he acudido a la web de RENFE como otras veces a reservar e imprimir mis billetes. Había dado ya muchos pasos con esta compañía: De una parte, me había inscrito en su web. Disponía de una tarjeta VISA RENFE, que me da el 2% en puntos y que a mí, que viajo en tren amenudo, me venía muy bien. Tenía un ID de usuario y una hermosa contraseña. Estos me servían para poder hasta imprimir mis billetes en casa y hacerlos valer en el propio tren o andén, sin necesidad de esperar colas. Me había identificado una vez, y a partir de ahí, ya era persona conocida por RENFE y podía realizar todas estas operaciones por mi cuenta y habiendo conocido ya la extraña inaccesibilidad de la web de RENFE, ya me manejaba por ella con trucos y argucias que se me habían ocurrido. Un ciego casi total, usando solo la voz, podía obtener, imprimir y utilizar los billetes de tren.

Había leído en las listas algunas cosas sobre el nuevo cambio de la web de RENFE: Que ya no se podía manejar con JAWS, que era más inaccesible, que tenía unos gráficos de esos que no tienen alternativa y que hay que ver para poderlos utilizar, pero como no había entrado desde hace unos meses, lo leí, lo apunté en mi cabeza y lo dejé pasar. Ya se sabe eso de que "Vinieron a por los judíos pero como yo no lo era.....".

Pero hoy me he metido en la web y lo primero que tuve que hacer fue desactivar el JAWS, tirar de una lupa vieja y enorme que tengo para los casos de inaccesibilidad, y examinar la web donde el famoso TICKNET ya ha desaparecido. Ahora es todo más fácil: buscas orígen, destino, te dan a elegir trenes, y a correr, siempre que veas y puedas teclear esos número raros que ponen para que los robots de los piratas no puedan sacar billetes a diestro y siniestro y reservar trenes enteros para fastidiar a RENFE, ¡pobrecita ella!. Y tuve que desactivar el JAWS, que es mi lector de pantalla que me convierte lo que hay en las webs a texto audible, porque no era capaz de sacar nada en claro con él, porque esa web se ha vuelto realmente extraña, con extraños controles que solo se pueden activar con ratón etc., que no viene al caso ahora el análisis de consultoría que podría sin duda hacer.

Me enteré de que ya no podría hacer valer mi número de usuario ni mi password hasta que no continuase, y lo peor es lo que sigue: En determinados trenes como el tren hotel que va a A Coruña, no aparecen las camas, de forma que no puedes sacar esos billetes ni con todas las garantías del mundo. Y me entero de esto después de esperar 15 minutos de reloj en un 902 24 02 02, después del que me mandan al 902 157507, donde me paso otros 10 minutos de reloj esperando, para que me digan eso de que: "es que las camas y tal, las hemos quietado. Si quiere poner una reclamación....."

Hoy, 22 de Diciembre de 2007, día en el que resuenan en los medios los cortes de cinta rosita y tal de inauguraciones de don ZP y doña Madalena, que no llora ni ná y se apellida Álvarez, tan querida ella por los catalanes, hoy, que es día de alegría por los gordos y pena por los flacos porque es el día de la lotería, el día casi más corto del año pero en el que se da por recién comenzada la Navidad, hoy, que he perdido otro derecho más, uno a las ya cantidades de lágrimas los atrasos manifiestos que los políticos de turno venden como adelantos, una lágrima más. He perdido el acceso a la web de RENFE, y he perdido el derecho a reservar camas.

Por razones diversas, los ciegos y deficientes visuales estamos perdiendo mucho, retrasando o dando pasos atrás en nuestra independencia con respecto a los cada vez más rápidos trenes y a su compañía: De una parte, gracias a los "restadores de servicios",

hemos perdido el derecho a poder viajar con un acompañante que no pague la base del billete, derecho que se mantiene en cantidad de países de Europa y en otros transportes en ciudades como Madrid, donde el acompañante del ciego no pagha su billete. De otro lado, la implantación del servicio de acompañamiento por acuerdo entre varias empresas, los ciegos en concreto hemos perdido la oportunidad de que se nos acompañe más o menos oficial o desinteresadamente a nuestro asiento y se nos ayude a descender de los comboyes.

De otro lado, y como queda escrito, hemos perdido accesibilidad a su sitio web, y al igual que todos los ciudadanos, hemos perdido el derecho a reservar algunos tipos de billetes.

Que sigan inaugurando, pero que les conste que hay cada vez más "atrezzo" y menos realidad en este supuesto camino a una socidad del bienestar que los políticos no acaban de saber definir, tal vez porque ellos sí están bien, tal vez por su propia condición, quizás porque no sabemos reivindicar lo bastante los afectados, o por cualquier otra razón humana o divina.

Triste navidad este año:

No nos toca el gordo, y perdemos derechos.